La Comisión Interacadémica de la Asociación de Academias de la Lengua Española se reunió entre los días 1 y 4 de noviembre para debatir y aprobar el borrador de la nueva edición de la Ortografía de la lengua española. Será ratificado a últimos de este mes en Guadalajara (México) por el pleno de las Academias. Según la RAE, los aspectos más novedosos de esta edición son los siguientes: Ortografía razonada, amplia, exhaustiva, coherente, simple, moderna y panhispánica.
Los cambios más llamativos que introduce la nueva Ortografía los podemos leer en EL PAÍS.
La i griega será ye. Algunas letras de nuestro alfabeto recibían varios nombres [...] La nueva Ortografía propone un solo nombre para cada letra: be para b; uve para v; doble uve para w; ye para y (en lugar de i griega). [...] Por supuesto, la desaparición de la i griega afecta también a la i latina, que pasa a denominarse simplemente i.
Ch y ll ya no son letras del alfabeto. Desde el siglo XIX, las combinaciones de letras ch y ll eran consideradas letras del alfabeto, pero ya en la Ortografía de 1999 pasaron a considerarse dígrafos, es decir, “signos ortográficos de dos letras”. Sin embargo, tanto ch como ll permanecieron en la tabla del alfabeto. La nueva edición los suprime “formalmente”. Así, pues, las letras del abecedario pasan a ser 27.
Solo café solo, sin tilde. Hay dos usos en la acentuación gráfica tradicionalmente asociados a el tilde diacrítico [...]. Esos dos usos son: 1) el que opone los determinantes demostrativos este, esta, estos, estas (Este libro me gusta) frente a los usos pronominales de las mismas formas (Este no me gusta). 2) El que marcaba la voz solo en su uso adverbial (Llegaron solo hasta aquí) frente a su valor adjetivo (Vive solo).
“Como estas distinciones no se ajustaban estrictamente a las reglas de el tilde diacrítico (pues en ningún caso se opone una palabra tónica a una átona), desde 1959 las normas ortográficas restringían la obligatoriedad del acento gráfico únicamente para las situaciones de posible ambigüedad (Dijo que ésta mañana vendrá / Dijo que esta mañana vendrá; Pasaré sólo este verano / Pasaré solo este verano). Dado que tales casos son muy poco frecuentes y que son fácilmente resueltos por el contexto, se acuerda que se puede no tildar el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad”, esto dice la comisión de la nueva Ortografía, que, eso sí, no condena su uso si alguien quiere utilizar tilde. No obstante, la RAE lleva décadas predicando con el ejemplo y desde 1960, en sus publicaciones no pone tilde ni a solo ni a los demostrativos.
Hasta ahora, el adverbio “solo” y los pronombres demostrativos “este”, “ese”, etc., se utilizaban con tilde en casos en que podían dar lugar a confusión. De ahora en adelante, el tilde se elimina totalmente de estas palabras. La Academia argumenta que son “casos muy poco frecuentes” y que “son fácilmente resueltos por el contexto”. Puede que sean poco frecuentes, pero de hecho hay casos en los que es imposible distinguir el significado por el contexto (Ej.: Me gusta ir al cine solo cuando estoy en Madrid). Quizás por ello no condena su uso: podemos seguir usando el tilde sin que sea considerada una falta de ortografía.
Guion, también sin tilde. Hasta ahora, la RAE consideraba “monosílabas a efectos ortográficos las palabras que incluían una secuencia de vocales pronunciadas como hiatos en unas áreas hispánicas y como diptongos en otras”. Sin embargo, permitía “la escritura con tilde a aquellas personas que percibieran claramente la existencia de hiato”. Se podía, por tanto, escribir guion-guión, hui-huí, Sion-Sión, fie-fié… La nueva Ortografía considera que en estas palabras son “monosílabas a efectos ortográficos” y que, cualquiera sea su forma de pronunciarlas, se escriban siempre sin tilde: guion, hui, Sion y fie. En este caso, además, la RAE no se limita a proponer y “condena” cualquier otro uso. De modo que “escribir guión será una falta de ortografía”.
4 o 5 y no 4 ó 5. Hasta ahora, la conjunción o se escribía con tilde cuando aparecía entre cifras (4 ó 5 millones). Era una excepción de las reglas de acentuación del español: “era la única palabra átona que podía llevar tilde”. Sin embargo, los teclados han eliminado “el peligro de confundir la letra o con la cifra cero, de tamaño mayor”.
Catar y no Qatar. Aunque no siempre lo fue, recuerda el coordinador de la nueva ortografía, la letra k ya es plenamente española, de ahí que se elimine la q como letra que representa por sí sola el fonema /k/. “En nuestro sistema de escritura la letra q solo representa al fonema /k/ en la combinación qu ante e o i (queso, quiso). Por ello, la escritura con q de algunas palabras (Iraq, Qatar, quórum) representa una incongruencia con las reglas”. De ahí que pase a escribirse ahora: Irak, Catar y cuórum. ¿Y si alguien prefiere la grafía anterior: “Deberá hacerlo como si se tratase de extranjerismos crudos (Qatar y quorum, en cursiva y sin tilde)”.
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